Resumen analítico del texto: “Toda Educación Genera una Visión Ética que la Genera.” López M. (s/a)
“… La educación de la libertad debe educar no solamente para la adecuada elección de bienes particulares, para el compromiso de construcción del “bien de orden”, de la organización social, reflejada en instituciones, normas, políticas,… para estar en una vigilancia constante que evite la “aberración de la cultura”, es decir, la construcción de modos de valorar que priorizan elementos deshumanizantes y los ponen como elementos esenciales para la buena vida humana... la escuela nos enseña a vivir “con las respuestas correctas”, no importa si nuestras preguntas están equivocadas.” López M. (s/a).
Resumen analítico del texto: “Toda Educación Genera una Visión Ética que la Genera.” López M. (s/a)
“El futuro está problematizado y la educación tendría que responder a esta problematización del mundo mediante una nueva visión ética que sea pertinente para los seres humanos de hoy y de mañana. Esta nueva visión ética debe fundarse en la idea de Axelos de concebir a la ética como una continua problemática, como una “creadora de problemas que nos obligan a pensar” Morin, 2005.
Pero el problema real no es que la escuela nos obligue a pensar, sino que nos obliga a pensar en masa, para el conformismo y la obediencia ciega.
1 Resumen analítico del texto: “Toda Educación Genera una Visión Ética que la Genera.” López M. (s/a)
2. Conclusión
3. Bibliografía
4. Anexos
1. Resumen analítico del texto: “Toda Educación Genera una Visión Ética que la Genera.” López M. (s/a).
La crisis del mundo globalizado exige maestros comprometidos con los retos que plantea esta era, con una nueva aproximación a la dimensión moral en la educación, sustentada en la distinción entre moral como estructura y moral como contenido, con la convicción de construir un cambio en la visión ética de la educación.
El complejo mundo globalizado plantea por una parte, un mundo marcado por la pluralidad; por otra parte, un mundo caracterizado por la incertidumbre de la “aldea global”, que busca que las sociedades sean cada vez más plurales al crecer la movilidad de mercancías y productos, pero con ello también, el intercambio y la coexistencia de elementos culturales muy diversos en todos los rincones del planeta.
La velocidad con que viaja la información y con que se desplazan las personas por el territorio global, ha significado la constatación creciente de que el mundo está constituido por una enorme diversidad de costumbres, significados, lenguajes, modos de vivir y, por supuesto, de valores sobre los que se edifica la existencia personal y social.
La globalización de las mercancías ha significado, la globalización de la comunicación de significados y valores con la consiguiente constatación. El contexto de crisis-cambio-globalización y la emergencia y consolidación de la cultura posmoderna, conlleva un derrumbe o debilitamiento de las certezas sobre las que se edificaba el conocimiento científico, el mundo religioso, la cohesión social y el comportamiento considerado como “moralmente bueno” o válido. El futuro ya es impredecible, incluso hasta el estado del tiempo, por los mismos fenómenos de contaminación que han generado los cambios climáticos.
La incertidumbre del futuro llega incluso, al nivel de la consciencia sobre el riesgo de supervivencia de la especie humana en el planeta. La crisis global que se manifiesta en la pobreza y exclusión de millones de personas, la fragilidad de la democracia, la creciente fragmentación social, la problemática ecológica marcada sobre todo, por el “calentamiento global”, la crisis moral en que viven las sociedades, obsesivocompulsivas por el cuerpo perfecto, genera trastornos alimenticios, el consumismo desaforado; todo un desconsolador panorama, acompañado por el estado de guerra permanente y el uso desmedido de psicofármacos y la consecuente depresión a nivel económico y emocional.
Para abordar esta problemática, Morin propone adentrarse al campo éticomoral, asumiendo que todo acto, para ser verdaderamente humano, tiene que ser “justificado”, “justo”, es decir, ajustado a la realidad y respondiente a ella. La moral como estructura es común a todos los seres humanos e independiente de las culturas o momentos históricos en que se viva. La moral como contenido consiste en que el acto humano se ajuste, ya no a la realidad sino a la norma ética. Esta norma ética varia de una cultura a otra.
En un mundo marcado por la incertidumbre y la pluralidad, en que existe una confusión y una multiplicidad a todo nivel, es difícil establecer los valores y pautas a nivel de habilidades sociales y valores comunitarios, porque allí priman los modelos filosóficos y políticos idealistas clásicos, en donde se superpone el interés particular sobre el general, con la consecuente corrupción y abandono de las poblaciones más vulnerables. López M. (s/a).
Morin (2005), frente a la visión apocalíptica contemporánea no presenta la moral dicotómica de Descartes, basada en el bien y el mal, el blanco y el negro, Morin, plantea el deber egocéntrico –el deber de todo sujeto humano consigo mismo, el deber que lo impulsa a buscar lo que lo haga “permanecer en la vida”–, el deber genocéntrico –el deber de todo ser humano hacia sus antepasados, que se refleja en su propio código genético: el deber con la propia herencia–, el deber sociocéntrico –el deber que tiene toda persona respecto de la sociedad en la que vive, el deber de contribuir a la humanización de la sociedad a la que se pertenece– y finalmente, el deber antropocéntrico –el deber que tiene todo ser humano hacia la especie humana, el deber que surge de la pertenencia a la especie; estos cuatro deberes, generan conflicto, pero el deber de la educación es enseñarle al sujeto a ajustarse de la manera más pacífica a estos cuatro principios para garantizar su bienestar personal y el del grupo social.
Se educa, definitivamente, por algún bien, pero el problema actual, es que no se tiene una respuesta adecuada, clara, y sobre todo compartida, a la pregunta: ¿qué se quiere decir con la palabra “bien”? Y al no existir esta respuesta, aún sin darse cuenta, el sistema educativo entra en crisis porque se queda sin una orientación socialmente aceptada que marque el rumbo, que trace el horizonte de sus finalidades, que ayude a visualizar modos concretos de contestar a la pregunta: ¿para qué se educa?
Si la ética tiene que sustentarse en el espíritu de religación humana (Morin, 2005) – con sigo mismo, con los demás, con la sociedad, con el cosmos–, la educación actual parece estar más bien sirviendo para separar, para aislar, para provocar dispersión entre el individuo y la sociedad, porque definitivamente la escuela está marcada por las relaciones de competencia y rivalidad, los buenos, los regulares y los malos, por el mismo sistema evaluativo que asigna una calificación para marcar el futuro y el rendimiento, acortando o alargando los sueños y aspersiones a los sujetos que ingresan a su cuestionable modelo.
En la medida en que se trabaje desde la moral como estructura, más que desde la moral como contenido, se estará contribuyendo a la construcción de esta ética planetaria o del género humano.
Este modelo ético sustentado por Morin, propone capacitar a los educandos y a los maestros para poder afrontar con responsabilidad y creatividad el reto de vivir en la dialógica “riesgo-precaución” que conforma el reto de intentar vivir una “buena vida humana”, es decir, una vida éticamente válida.
La educación moral sustentada en la moral como estructura responde al contexto de pluralidad e incertidumbre, pues no enseña o presenta valores sino que forma o capacita para moverse humanamente en la incertidumbre a partir de la “brújula” que constituye la estructura dinámica de la consciencia humana.
Para el maestro la educación en valores es una propuesta transversal, se puede trabajar en todas las áreas, es integral, es una propuesta que se fundamenta en una concepción de la integralidad del ser humano y que concibe lo moral como un proceso complejo en el que intervienen todas las dimensiones humanas.
Es afectiva, para que las emociones se vayan volviendo inteligentes, se fundamenta en preguntas para que los estudiantes, tomen el hábito de interrogar sus actos, ello les permitirá autoevaluarse; autovalorarse, valorando al Otro; generando la responsabilidad como capacidad de responder por sus actos y de interrogarse sobre las consecuencias de los mismos, antes de realizarlos; educar para la complejidad, poder realizar la elección adecuada y equilibrada de elementos que satisfagan las distintas necesidades de vida humana de cada persona para el compromiso de construcción del “bien de orden”, de la organización social, reflejada en instituciones, normas y políticas públicas que promuevan la calidad de vida del sujeto y sus comunidades.
Una educación que propenda para que cada ciudadano busque el bien para todos, fundamentada en la historicidad, que se esté construyendo a partir del conjunto de las decisiones humanas más o menos auténticas, más o menos responsables, más o menos informadas e instruidas por la inteligencia.
La construcción progresiva de una educación de la libertad contribuirá a una renovación de la visión ética que generará una nueva educación que, a su vez, generará una visión ética renovada. Esta construcción progresiva abarca dos ejes fundamentales: el primer eje de reflexión, consiste en la necesidad de repensar el papel de la ética en la educación; el segundo eje lo constituye la urgencia de transformar la educación ética en el sistema educativo.
Si toda educación es generada por una visión ética, habría que empezar por preguntarse, ¿cuál ha sido y está siendo el papel de la ética en el campo de la educación, y qué visión ética es la que predomina dentro de los sistemas educativos actuales.
La actual ética, es la de la rectitud, heroica, es excluyente, no perdona, no cuestiona, no falsea, no juega, no sopesa, no hace juicios de valor, no contextúa, y menos consensua, es la ética de la rectitud, de la santidad, que aparta de la propia condición humana, amalgamada con la ambivalencia, aplicando los principios aún por encima de lo humano, sin perdonar el mínimo error, la ceguera o la desviación que son totalmente humanas.
La ética que se viene planteando, es una ética que por su propia naturaleza, es excluyente y cerrada, y que por su carácter inaccesible, es desatendida y transgredida todo el tiempo; ética que en países como Colombia, plagado por el paramilitarismo y su exclusión hacia el opositor, hacia el diferente, hacia el malo, se constituye en una patente para matar y desangrar el país; obsérvese brevemente las cifras del horror; “ aunque se ha vuelto manida la frase de que hay generaciones en Colombia que no han tenido ni un día de paz, su verdad cobra valor al ver cifras como que en 50 años se ha asesinado, por el conflicto armado, a 220.000 personas o que desde 1980 a 2012 se han cometido 1.982 masacres. Cifras estas, de la que no ha escapado México y los países que por su posición geopolítica, han sido la puesta de entrada y salida a las drogas y al saqueo de las grandes potencias económicas.
Las cifras las revela el informe ¡Basta Ya… que el Centro de Memoria Histórica presentará hoy y dejan entrever que la cotidianidad reciente de Colombia ha sido la de cientos de masacres, desaparecidos, secuestros, torturas y asesinatos.
Una muestra: "El reloj de la violencia no letal registra, según datos acumulados, que entre 1985 y 2012 cada hora fueron desplazadas 26 personas en el país como consecuencia del conflicto armado, mientras que cada doce horas fue secuestrada una persona. El periodo 1996-2005 fue más crítico: una persona fue secuestrada cada ocho horas, y un civil o un militar cayeron cada día en una mina antipersonal".
Y en la guerra las víctimas han sido los civiles, pues de los 220.000 asesinatos, cometidos desde el primero de enero de 1958 al 31 de diciembre de 2012, el 81,5 por ciento civiles, el 18,5 por ciento, combatientes.
En definitiva las cifras que revela la investigación del Centro de Memoria Histórica, muestran una guerra que no vimos: 220.000 asesinatos, 1.982 masacres y más de 5 millones de desplazados.” Rivera (2013).
Retomando el texto citado, pero no alejándose de las anteriores cifras, se encuentra que éstas, también obedecen a una ética tradicional, clásica, ahistórica y cerrada, abstracta, racionalista, donde tiene más poder el discurso oral o escrito que el contexto real y situacional en el que a diario se juega la vida el sujeto como es el caso de Colombia; lo cual conduce al sujeto a ser un instrumento fácil para la manipulación y el engaño.
Una ética empaquetada, de contenidos como fórmula médica, como la actual, no construye sujeto, forma una autómata, en peores condiciones que las del Mito de la Caverna; no forma para la vida, deforma la vida del sujeto, atándolo a una existencia estéril, encerrado en la cárcel de las clases dominantes, culpándose todo el tiempo de males que nunca ha cometido; pero lo peor, atado como elefante a un mismo espacio, permaneciendo estático allí el resto de su existencia, en las mismas condiciones, aunque haya sido liberado de las cadenas que inicialmente lo ataron, sin ser capaz de separarse de estas cadenas invisibles, que son las que más atan y torturan.
Después de la educación primaria ya el ser humano, queda amarrado de por vida a las cadenas de una ética austera y de sacrificios, que no le permiten examinar, elegir y dimensionar su triste existencia y transformarla.
Hay que repensar y replantear la ética para cambiar la educación; de la educación, tendrán que surgir propuestas de trans-formación profunda de la educación ética, que contribuyan a hacer realidad la idea de una educación de la libertad, que supere la “educación en valores” imperante de las grandes oligarquías que siguen y persiguen celosamente las reglas del capitalismo salvaje, salvaguardando su posición en su aldea global, vendiendo y ofreciendo prosperidad, salud, progreso y bienestar para todos, donde pulula la guerra, el exterminio, el genocidio, la xenofobia y hambruna.
El primer reto sin duda, es pensar y operar estrategias que puedan volver a contagiar a los estudiantes de una “alta moral”, de un “alto deseo de vivir”, que vale la pena vivir, ingrediente sustancial para la búsqueda ética.
Volver a convencer no solamente a nivel intelectual, sino existencialmente a los estudiantes, de que el ser humano es la materia de la que están hechos los sueños, es sacar a la sociedad actual de la desesperanza, abrir caminos para un nuevo siglo de las luces, cimentado en la armonía del hombre consigo mismo y su entorno, ecología humana, bienestar y seguridad para todos, no para unos pocos.
Invitar al hombre, a la mujer, al niño, al joven, al anciano, al indio, al negro , al campesino, al tricolor, al mestizo, a elevar muy alto la cometa de sus sueños, para superar la edad de hierro; invitarlo a romper el círculo vicioso de desmoralización social-desmoralización de los educadores-educación desmoralizante. Para ello, será necesaria una conversión moral en los educadores, para que vuelvan a tomar consciencia de que son hombres, de su esencia creativa, autónoma, transformadora por naturaleza, para reformar el espíritu humano de sus pupilos, para aterrizarlos en el planeta.
Es necesario crear una ética humanizante, que centre al homínido frente a la incertidumbre actual. Una meta básica sería, generar estrategias para brindar a los estudiantes herramientas para “el combate vital para la lucidez”, herramientas de autoanálisis, de capacidad autocrítica, de revisión continua de lo que piensan y sienten, a la luz de lo que otros piensan y sienten, de consciencia introspectiva sobre el modo en que toman sus decisiones y hacen sus valoraciones, de trabajo interior para generar comprensión y compasión hacia sus propios errores morales y hacia los de los demás, de desarrollo de la capacidad de perdón, es decir, una educación de su libertad efectiva para hacerla una libertad cada vez más atenta, inteligente, crítica y responsable.
Es necesario apostarle desde la educación para lograr un mundo mejor, un mundo de sueños por construirse, así suene utópico, porque el hombre ha resistido gracias a su capacidad adaptativa, los peores tiempos y momentos, sobreponiéndose a ellos, todo gracias a su optimismo, solidaridad y a su desbordante fuerza creativa y capacidad de renovación y transformación permanentes.
2. Conclusión
El hombre se pierde, se desdibuja en un mundo globalizado plagado de incertidumbre y pluralidad, si los griegos recurrieron a la Pitonisa para acallar la incertidumbre de sus miedos, la sociedad actual lo hace a través del consumismo obsesivo, cada día el vacío, el hueco de la soledad existencial, se hace más profundo en los ciudadanos de la posmodernidad.
La construcción del modelo social fundamentado en valores propone una visión antropoética, una socioética, es éste uno de los retos de la educación de la posmodernidad, buscando educar para la libertad, la inteligencia, el uso adecuado de la razón, la capacidad de decisión, la responsabilidad, formando al estudiante para desplegar sin miedos su capacidad de autodeterminación, es decir, libertad efectiva de los seres humanos y de su sociedad.
Lo que se pretende construir en cada educando en su paso por la escuela, es una ética alejada de la “ética de la ley” –un conjunto de “debes hacer esto, no debes hacer aquello”– para volverse una ética de la realización humana personal y colectiva.
Según esta propuesta ética de Morin, la ética debe ser realista, es decir, la educación de la libertad debe sustentarse no en la utopía de construcción de un mundo ideal e inalcanzable, sino en la idea realista de que cada ser humano puede aportar algún elemento pequeño, pero pertinente, para el mejoramiento y la humanización gradual del mundo. La renuncia a la construcción del mejor de los mundos, no implica de ninguna manera la renuncia a la construcción de un mundo mejor.
Una educación aterrizada debe partir del hecho de que no existe un horizonte de certezas para la vida humana personal o social, no hay ya normas morales rígidas que todos acepten y que si se siguen ciegamente puedan garantizar un status quo, sino una “buena vida humana”, al menos una vida más o menos estable y exenta de grandes crisis.
La ética que actualmente se sigue a nivel educativo y social, es una ética de respuestas, una ética de certezas, una ética de normas. Es una ética de “debes hacer esto” y “no debes hacer aquello” con la que los profesores, sin entender muchas veces los por qué, van tratando de adiestrar a los estudiantes.
La ética actual es simplificadora porque ve todo en términos de blanco y negro, de bueno y malo, es una visión maniqueísta que no corresponde a la complejidad de los problemas éticos actuales, porque se basa en la lógica clásica y enseña que “hay que elegir siempre lo bueno –“los valores”– y rechazar o excluir lo malo –“los antivalores”, desatendiendo que han sido los llamados “antivalores”, en determinado tiempo histórico, los que han generado los grandes cambios y transformaciones sociales, para bien de la humanidad.
La visión maniqueista de los valores, es la que ha generado conflictos entre valores distintos que hay que saber discernir, y para ello ha de tenerse presente que la lógica de la ética clásica, que es la que se sigue actualmente, resulta obsoleta; la ética en el campo educativo es rígida e inflexible, habla de “valores universales, inmutables” aplicables a todo ser humano de cualquier cultura o tiempo histórico, aplicables sin matices y sin ninguna consideración contextual, que termina por violentar a los miembros de las distintas comunidades, especialmente a aquellos, que como en Colombia, hacen parte de un multiculturalismo como resultado de la hibridación cultural.
A partir de esta alta moral de educadores y educandos se podría iniciar el cambio en la educación ética para este cambio de época. Una meta básica sería generar estrategias para brindar a los estudiantes herramientas para “el combate vital para la lucidez”, herramientas de autoanálisis, de capacidad autocrítica, de revisión continua de lo que piensan y sienten a la luz de lo que otros piensan y sienten, de consciencia introspectiva sobre el modo en que toman sus decisiones y hacen sus valoraciones, de trabajo interior para generar comprensión y compasión hacia sus propios errores morales y hacia los de los demás, de desarrollo de la capacidad de perdón, es decir, una educación de su libertad afectiva, de asertividad, para hacerla, una libertad cada vez más atenta, inteligente, crítica y responsable.
La educación ética requerida es precisamente la que supera el individualismo aislante que es característico de la sociedad del mercado y el consumo globalizado actual, para forjar una sana individualidad vinculante, abierta a los demás, que conjugue adecuadamente el deber egocéntrico con el deber genocéntrico, el deber sociocéntrico y el deber antropocéntrico, generando un proyecto de vida autónomo, pero plenamente inserto en la realidad del mundo y en el devenir de la humanidad como aventura común.
Es así, como la autoética de la sana cultura psíquica y la buena educación emocional, sumada a la socioética de una formación cívica dinámica y abierta, se complementará con una antropoética que genere una consciencia clara de Tierra-Patria, de ciudadanía terrestre, de compromiso con el destino de la humanidad toda, que se recree en las posibilidades y en el potencial humanizante del ser humano, porque la educación todo lo puede y transforma.
La libertad humana no es indeterminación, sino autodeterminación o autonomía dependiente, es decir, todo proyecto humano de liberación, y la educación es el proyecto humano de liberación por excelencia, tiene que tener plena consciencia de los límites y restricciones que le impone el entorno y los que provienen del mismo espíritu humano. Se aspira a un mundo mejor y no se puede renunciar a esto, aunque parezca como el discurso de una utopía critica, de un optimismo realista; el maestro como profeta y discípulo de la esperanza, puede empezar a abrir las alas del maletín de este loable sueño altruista, a las nuevas generaciones, que se comprometerán Consigo mismo, con el Otro y su Planeta.
3. Bibliografía
López M. (s/a). Toda Educación Genera una Visión Ética que la Genera. México, Puebla: Educación UIA.
Morin, E. (2005), O Método VI. Ética, Brasil, Sulina.
Rivera D. (2013). Cuentas y horrores del conflicto. Colombia. El colombiano.
Disponible en:
https://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/C/cuentas_y_horrores_del_conflicto/cuentas_y_horrores_del_conflicto.asp
4. Anexos
https://es.slideshare.net/adalbertomartinez/7-saberes-de-morin?related=1
https://es.slideshare.net/Any2426/los-siete-saberes-del-conocimiento-19297213?related=7
https://edgarmorin.webcindario.com/parte3-1.html
https://edgarmorin.webcindario.com/parte5-3.html
REGENERACIÓN MORAL
EL CONCURSO DE UNA CIENCIA REFORMADA
COMPLEMENTARIEDAD EN BUCLE DE LAS REFORMAS






https://es.slideshare.net/guest22e6e2/educacin-y-convivencia-elosa-teijeira?next_slideshow=1









